Si estás lidiando con ansiedad o depresión, no estás solo. Estos problemas emocionales son bastante comunes y por los que más consultas recibimos. Aunque socialmente se habla cada vez más sobre ello, aún parece que cuesta reconocer en uno mismo este tipo de problemática. Normalizar convivir con el malestar, quitarle importancia, pensar que no tenemos “un motivo” para quejarnos, o creer que no tiene solución o que será algo temporal, lleva a no darle la importancia que tiene y generalmente a que empeoren.
Aunque ambas patologías son diferentes, debes saber que a menudo están relacionadas. A veces, la ansiedad puede ser tan intensa o haberse mantenido tanto tiempo que a la larga deriva en sentimientos de agotamiento, apatía y depresión. Pero vamos primero a desglosar qué son, cómo se manifiestan y cómo podemos ayudarte a manejarlos.
¿Qué es la ANSIEDAD?
La ansiedad es como tener una alarma de seguridad que nunca se apaga. Es ese sentimiento constante de nerviosismo o preocupación excesiva, a menudo sin una razón clara. Los síntomas más comunes de la ansiedad incluyen:
- Preocupación constante: Te sientes preocupado o temeroso por cosas que podrían pasar, a menudo desproporcionado a la situación y que raramente ocurren.
- Tensión física: Puedes sentirte físicamente tenso, con dolor en los músculos o problemas con el estómago..
- Dificultad para concentrarte: La ansiedad puede hacer que sea difícil enfocarte en las tareas diarias.
- Palpitaciones: Tu corazón puede latir más rápido o sentir que está fuera de control así como también se puede acelerar la respiración.
- Intentar controlar o evitar: Intentar evitar emociones, situaciones o cosas desagradables, paralizarnos o entrar en bucles para lograr tener el control.
La ansiedad puede afectar tu vida diaria al hacerte sentir agotado y menos capaz de disfrutar de las cosas que solías encontrar placenteras. Las tareas simples pueden parecer abrumadoras, y a menudo, te sientes atrapado en un ciclo de preocupación
¿Qué es la DEPRESIÓN?
La depresión, por otro lado, es como estar atrapado en un túnel oscuro del que parece imposible salir. Puede mostrarse de muchas maneras y su gravedad puede variar mucho. Imagina que la depresión es como una sombra que puede ser más ligera o más pesada según el día, así podríamos imaginarnos los diferentes grados.
Se puede manifestar desde un sentimiento mantenido de desánimo y desmotivación, con falta de energía, dificultad para disfrutar o desinterés por las cosas, hasta manifestaciones más agudas. De forma general los síntomas más habituales son:
- Tristeza mantenida: aparecen sentimientos de tristeza, culpa, vergüenza o vacío en muchos momentos o casi todo el tiempo.
- Pérdida de interés: Se deja de disfrutar de actividades que antes resultaban placenteras, aparecen sentimientos de desánimo, aislamiento o abandono de rutinas y planes.
- Fatiga: Es habitual es sentirse cansado y sin energía, incluso después de descansar, aumenta la desmotivación, el desinterés por las cosas o la dificultad por llevarlas a cabo.
- Cambios en el apetito y el sueño: las alteraciones aparecen tanto por defecto como por exceso, puede disminuir o aumentar el apetito, así como también puede verse el sueño reducido en tiempo o calidad, o aparecer un exceso de horas de sueño y de tiempo que se está en la cama.
- Pensamientos negativos: la forma de ver el mundo, a uno mismo y a los demás se vuelve más negativa y catastrofista, haciendo que cueste verle el sentido a las cosas, incluso llegando a ideas que hacen cuestionarse seguir viviendo.
La depresión puede hacer que las cosas cotidianas se sientan como una carga pesada. Las relaciones, el trabajo y el autocuidado pueden volverse tareas cada vez más difíciles. Cualquiera sea el grado de los síntomas es importante buscar ayuda. Es necesario encontrar un profesional con el que te sientas cómodo para que te acompañe en la comprensión de tu historia y te proporcione las herramientas que necesitas para mejorar progresivamente hasta superarlo y empezar a sentirte mejor.
¿Cómo se relacionan?
Aunque ansiedad y depresión son diferentes, a menudo aparecen de la mano. Si la ansiedad se vuelve demasiado intensa y prolongada, puede llevar a sentimientos de desesperanza y agotamiento, lo que puede desencadenar o agravar una depresión. En este sentido, la ansiedad puede ser un factor que contribuye a la aparición de la depresión.
¿Cómo puede ayudarte la terapia?
Estos son solo algunos ejemplos de cómo la ansiedad y la depresión pueden manifestarse. Sabemos que cada persona vive estos síntomas de manera única, y es por eso que ofrecemos un enfoque personalizado para ayudarte.
En CONVERSA, te ofrecemos un espacio seguro y de confianza donde puedes hablar abiertamente sobre tus sentimientos y preocupaciones. Comprendemos lo que estás atravesando y estamos aquí para escucharte sin juzgarte y ayudarte a:
- Entender y gestionar: Lo primero será que puedas comprender qué te sucede, y qué ha podido desencadenarlo. Te ayudaremos a validar lo que sientes, a entenderlo y te acompañaremos enseñándote estrategias que te permitan mejorar.
- Desarrollar habilidades: Aprenderás técnicas para manejar el estrés, cambiar patrones de pensamiento negativos, conductas compulsivas o evitativas y mejorar tus habilidades para afrontar los desafíos, la sintomatología y las emociones diarias.
- Ofrecer apoyo: El hecho de poder sentirte acompañado y comprendido por alguien en este duro momento ya puede suponer un alivio. CONVERSA es un espacio en el que expresar tus sentimientos, tus miedos y dificultades, recibir apoyo y donde cuidaremos de tu estado emocional durante todo el proceso.
Si te identificas con lo que hemos descrito y sientes que es el momento de buscar apoyo, no dudes en contactarnos. En CONVERSA, estamos aquí para ayudarte a recuperar la confianza en ti mismo, encontrar el equilibrio emocional y ayudarte a encontrar el camino hacia una vida plena y libre del malestar.
